A medida
que los años nos van pasando los seres humanos vamos cambiando no solo en
nuestro cuerpo, también cambiamos en nuestra manera de ser y de sentir.
Los padres
jugamos un papel importante en la educación de nuestros hijos, de la formación
que les demos dependerá que ellos lleguen a ser personas de éxito o personas de
fracaso.
Jehová
es un padre maravilloso a través del cual podemos nosotros aprender a como
también ser unos padres ejemplares.
Por ese cambio
normal en nuestra forma de ser nuestros hijos pueden llegar a ser difíciles de
tratar.
El único que nos
puede ayudar a guiar a nuestros hijos es Jesucristo, cuando Manoa el papa de Sansón
se enteró que iba a ser padre lo primero que pidió fue que Dios le enseñara
como debía comportarse como padre. Jueces 13: 8 “Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah,
Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a
venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de
nacer”
Un padre no solo
es aquel que engendra a un hijo, el ser un padre de verdad nace de lo más
profundo del corazón. Es decir, un padre de verdad es un padre de corazón y no
de emoción.
Como Actúa un padre de corazón.
1. Acordándonos
siempre de los buenos momentos que vivimos con nuestros hijos. 11: 1 “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé
a mi hijo.” Esos buenos recuerdos hacen que siempre los amemos a pesar
de sus equivocaciones.
·
1.1. Un padre que ama de corazón,
su amor no cambia a pesar de que nuestros hijos tratan de apartarse de
nosotros. V 2 “Cuanto
más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a
los ídolos ofrecían sahumerios”
2. Cuidamos
a nuestros hijos y les enseñamos a caminar sin ningún tipo de interés. V 3 “Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín,
tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba.” es muy importante que los
primeros años de la vida de nuestros hijos sean muy bien marcados por nuestra
presencia, posiblemente sean los únicos recuerdos que ellos y nosotros los
tengamos por siempre.
·
2.1. A medida que nuestros hijos
crecen adquieren compromisos que los van alejando de nosotros y nosotros los
padres cada vez tenemos que trabajar más duro para poderles dar lo necesario,
tanto que también nuestras labores terminan alejándonos de ellos.
3.
Poniéndonos en el lugar de nuestros hijos para poderlos entender. V 4 a “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor”
Jehová dice que nos atrajo con cuerdas humanas él se pone a nuestro nivel. Él
sabe que su mundo espiritual para nosotros nos es algo desconocido.
·
3.1. Los adultos llevados por
nuestros compromisos y responsabilidades pensamos y actuamos de manera
diferente a los niños o jóvenes, por eso es necesario aprender a mirar la vida
como ellos la ven.
4.
Ayudándoles con sus cargas. V 4 b “; y fui para
ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la
comida.” Los padres no podemos ni debemos hacer las cosas que les
corresponden a nuestros hijos, pero si ellos deben saber que cuentan con
nosotros.
5. No
teniendo miedo de descubrir nuestro corazón delante de nuestros hijos. V
8 “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te
entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a
Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión.”
Un padre no lastima a sus hijos al corregirlos, simplemente los guía y los
instruye para que ellos puedan tomar sus decisiones.
·
5.1. Los padres no debemos
presentarnos delante de nuestros hijos como súper héroes, ellos deben saber que
también nos equivocamos pero que podemos corregir.
6. No Castiga
con ira. V 9 a “No ejecutaré el ardor de mi
ira, ni volveré para destruir a Efraín;.” cuando un padre castiga a sus
hijos llevado por la ira causa daño y dolor. Cuando quieras corregir a tus
hijos tranquilízate toma aire y respira profundo.
7. Nunca
dejando nuestro rol de padre. V 9 b “porque Dios
soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad”
muchos padres en su afán de agradar a sus hijos quieren ser sus amigos, se
vuelven complacientes y se olvidan de ser padres para corregir. ¡Sé amigó de tus hijos, pero nunca
dejes de ser padre!
A pesar de las dificultades de este
mundo nunca permitas que tu corazón se endurezca, recuerda los bellos momentos
con tus hijos, perdona, restaura y da otra oportunidad.
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